miércoles

CUARESMA: QUIEN VIVE CON CRISTO, VIVE EN ESTADO DE MISIÓN.


La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
El color litúrgico de este tiempo es morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

PARA VIVIR EN CUARESMA:
Recordemos que no es una obligación, sino una convicción el hecho de realizar ciertas acciones que nos ayudarán a reorganizar nuestra vida tanto humana como espiritualmente.

A) El Ayuno (Compartir). Consiste en hacer una sola comida fuerte al día evitando comer a deshoras o comiendo más de la cuenta en la comida fuerte para compensar lo que no se va a comer como se acostumbra. Obliga desde los 18 años.

B) La Abstinencia (Ascesis). Consiste en no comer carne. La abstinencia obliga a partir de los catorce años hasta los cincuenta y nueve años de edad. El ayuno y la abstinencia se pueden cambiar por otro sacrificio sabiendo que se deben realizar a conciencia y buscando compartir con el pobre, con el más necesitado, a partir de lo ahorrado con esos sacrificios personales.

C) La Oración (Contemplación). Por medio de la oración se busca incrementar nuestro diálogo con el Señor y al mismo tiempo hacernos más amigos de él y de sus obras que se deben manifestar en mí a través de mi testimonio de vida y de todo lo que diga y haga.
Con estos tres pasos que se hagan bien: Bastaría.


No hay comentarios:

Publicar un comentario